Estanqueidad al agua

¿Cómo afecta la estanqueidad al agua a un edificio?

La estanqueidad al agua es un aspecto crucial en la rehabilitación de edificios, ya que el agua puede causar graves daños a la estructura y a los materiales de construcción a lo largo del tiempo. Puede provocar filtraciones, humedades, desprendimientos, corrosión de elementos metálicos y otros problemas que, si no se tratan adecuadamente, pueden comprometer la seguridad y la estabilidad del edificio. 

Por lo tanto, en la rehabilitación de un edificio es fundamental asegurarse de que la envolvente (cubierta, fachadas, terrazas, etc.) esté perfectamente estanca al agua. Esto implica llevar a cabo un análisis detallado del estado de las superficies, detectar posibles grietas, fisuras o porosidades, y aplicar los tratamientos necesarios para evitar filtraciones de agua. 

Este aspecto también es importante desde el punto de vista energético, ya que un buen aislamiento térmico y acústico depende en gran medida de que la envolvente sea estanca al agua. 

La mejora de la estanqueidad al agua de un edificio durante su rehabilitación puede lograrse mediante una serie de medidas y técnicas que pueden variar dependiendo de las características específicas de cada edificio: 

  • Análisis detallado del estado de las superficies: Es importante realizar una evaluación completa del estado de las superficies de la envolvente del edificio para identificar posibles puntos de entrada de agua, como grietas, fisuras, porosidades, y otros defectos. 
  • Reparación de las superficies: Una vez identificadas las áreas problemáticas, es necesario repararlas adecuadamente para eliminar cualquier filtración de agua. Se pueden emplear diversas técnicas de reparación, como la aplicación de morteros especiales, el sellado de juntas, la colocación de membranas impermeabilizantes, entre otros.
    • Aplicación de morteros especiales: En el caso de superficies de hormigón, mampostería o ladrillo, se pueden aplicar morteros impermeabilizantes para mejorar la estanqueidad al agua de las superficies. Estos morteros se aplican directamente sobre la superficie y pueden ser alisados o texturizados según las necesidades. 
    • Sellado de juntas y fisuras: Las juntas y fisuras que se encuentren en la superficie pueden ser selladas con productos selladores de alta calidad, como siliconas o poliuretanos, para prevenir la entrada de agua en el edificio. Es importante que las juntas y fisuras estén limpias y secas antes de aplicar los selladores. 
    • Colocación de membranas impermeabilizantes: Es importante mantener las cubiertas, terrazas o muros exteriores correctamente impermeabilizadas, puesto que en estas zonas es donde la exposición a la lluvia y otras inclemencias del tiempo puede ser mayor. Pueden emplearse distintos tipos de impermeabilización: bituminosa, sintética o líquida
  • Diseño de detalles constructivos adecuados: La inclusión de producto auxiliares adecuados para la correcta ejecución de la capa impermeabilizante de la cubierta, como la instalación de canalones, bajantes y elementos de drenaje, que colaboran a reducir las posibilidades de que el agua se filtre en el edificio.

 

En general, la mejora de la estanqueidad al agua de un edificio durante su rehabilitación requiere un análisis detallado de las áreas problemáticas, la aplicación de técnicas y materiales adecuados, y el diseño de detalles constructivos adecuados.